No son pocos los que sobre el mes de abril comienzan la “operación bikini” con el objetivo que llegar al mes de julio con un cuerpo 10. Conseguido o no nuestro objetivo, lo cierto es que una vez que llega la fecha y nos ponemos el bañador, nos dejamos llevar por el loco, ajetreado y desordenado verano, sin ni siquiera volvernos a acordar de todos aquellos buenos hábitos que nos ayudaron a llegar hasta aquí en nuestra mejor versión.
Lo cierto es, que con ciertas pautas, el verano es la estación idónea para mantener nuestro peso y estar muy bien alimentados. Estos son nuestros consejos para evitar que en septiembre nos llevemos las manos a la cabeza:
- Nuestro principal aliado es nuestro propio cuerpo. En verano necesitamos menos calorías, alimentos frescos, cocinados suaves y muchos líquidos, solo tenemos que escuchar a nuestro cuerpo y sin darnos cuenta el aporte energético de nuestra dieta será mucho menor que en invierno.
- No olvidar que nuestro cuerpo necesita estar bien alimentado, hay que procurar que la dieta sea equilibrada y consumir de todos los grupos de alimentos. Hay alimentos, como las legumbres, que se asocian más al invierno pero que en verano, pueden ser la base de una ensalada que podremos utilizar como plato único.
- Aprovechar al máximo las hortalizas de temporada. Los huertos están llenos de color y eso es sinónimo de vitaminas. Tomates, pimientos, lechugas, calabacines, berenjenas…en crudo en forma de ensalada, al horno como la escalibada, en gazpacho…nos permiten hacer cenas ligeras y muy apetecibles
- En esta estación hay una gran variedad de frutas, pueden ser el snack perfecto para ir a la piscina o a la playa. Melón, sandía, melocotón, nectarinas, albaricoques, cerezas, pavías.. no hay excusa para no comerla. Un gazpacho y algo de fruta es una buena cena para días que hemos hecho algún exceso al mediodía.
- También hay pescados de temporada, en verano le toca el turno a las sardinas, el bonito, el pez Sampedro, la merluza y los salmonetes. La grasa del pescado es muy saludable y ayuda en la prevención de problemas cardiovasculares.
- Uno de los alimentos más esperado del verano son los helados. La base de un buen y cremoso helado es la nata y en la mayoría de los casos demasiada azúcar. Se pueden comer pero no a diario. Podemos optar por hacer helados caseros, con un yogur de base podemos añadir cualquiera de las frutas de temporada a trocitos o batidos y poner en moldes y al congelador y asi poder comer helado todos los días, para los niños esta es muy buena opción.
- Y por último el consumo de agua es muy importante para mantenernos bien hidratados, especial cuidado con las personas mayores. Cuidar el consumo de refrescos y bebidas alcohólicas porque no quitan la sed y además tienen mucho azúcar y nos aportan muchas calorías vacías.
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